A contranatura

Va, para que no se diga.Tres que no son ni nocturnas ni con tonos pastel, que comenta Cuellar...pero que no sirva de precedente, la próxima vuelvo a las andadas...

Seguimos para bingo.

Aunque pensándolo bien, la terracita del bar de la entrada anterior, no puede ser el paraíso, porqué había alguna que otra diablesa... lo mismo se coló, o lo mismo el paraíso se encuentra en el infierno... Siendo ateo, si me equivoco en mis creencias, por lo menos iré para allá... que la verdad, es preferible a un lugar lleno de beatas y curillas...

Sigue la luz

Dicen algunos que cuando mueres, ves una luz al final de un túnel. En este caso, la luz te llevaba a una plaza en la que había un bar con terracita en la que tomar algo... El paraíso debería ser algo muy parecido...

Sección de contactos

Por el blog de Volvoreta buscan gatita con ganas de juerga. Yo conocí a ésta en un bar de Formentera. No sé si le gusta bailar, pasear bajo la luna o retozar por la hierva, pero tiene una técnica de caza infalible. Se te queda mirando con cara de pena el rato que haga falta hasta que te rindes a sus encantos y le dejas caer algun trozo de pescado...

También es una experta en hacerse la sueca cuando ha conseguido lo que quería...

Fauna autóctona

Rompiendo tópicos. Un viejo hippy con su ordenador portátil y bebiendo cocacola...cosas de la globalización...

Vengo como me fui

Qué poquito dura lo bueno... ¿A quién se le ocurrio esto de currar durante 11 meses y tener solo 20 días de vacaciones? ¿Estamos tontos? Se habla de la depresión postvacacional, ¡¡pero si no he tenido tiempo ni de enterarme que estaba de vacaciones!!

Al menos ha valido la pena, sin horarios, ni teléfono, ni reloj, ni ordenador...de la furgoneta al agua, del agua al chiringuito, del chiringuito a la arena... ¡Hostias!, ese tio de ahí parece..., ¡és Alberto García-Alix! en un chitinguito playero. Mi companyera me dijo: Ves y dile algo. ¿Y qué coño quieres que le diga? Volví a mirar para asegurarme, y efectivamente, García-Alix a menos de 10 metros, con la mochila Lowepro a la espalda... No quiero parecer un puto fan de operación triunfo e ir a molestarle. Tú mismo, me dijo Cristina...

Me moría de ganas de ir para allá y hablar un rato con él, pero... al final, nada. Seguí mirando al mar, y cuando llegaron los amigos que estábamos esperando, nos fuimos hacia un hotel que tiene una ducha a pie de playa a pegarnos una duchita clandestina...

Se me quedó la espinita de no haber ido a hablar con él, y aun me dura...Quizás la próxima vez.