No acostumbro a hacer retratos posados, aunque a veces, las circunstancias te empujan... En este caso, vi a la mujer mayor sentada en una mecedora de madera en la acera, junto a la entrada de su casa. No le pedí permiso, saqué la cámara, la miré esperando su reacción, y como intuí que no le molestaba, le hice la foto. Luego me acerqué para hablar con ella y enseñarle la foto, y me pidió si le podía hacer una a su hija. Le dije que no había ningún problema. La llamó, y apareció la chica de la segunda foto con un pastelito de guayaba, una fruta común en Cuba. La chica estaba un poco cortada por la situación, pero ante la insistencia de la madre, accedió a que le hiciera la foto. Lo de enseñar el pastelillo fue cosa suya... No pensé en pedirles su dirección para enviarles una copia, así que cuando vuelva por allí, tendré que pensar en llevarles una copia en papel. Qué menos...
4 comentarios:
Pastelillo de guayaba.
Ya.
Esa chica lo que quiere es llevarte a la parte de atras men.
Un saludo
Me encanta cómo ha quedado la foto de la madre...natural cien por cien.
(Alberto ¡cómo eres!...)
Te dejo un beso, AlberT.
Siempre hay formas y formas, de acercarse, de ser sigiloso, de tner consideración, de saber comportarse... en tu caso, por el resultado, un poquito de cada. ¡que bueno!... y que alegría siempre encontrarse con gente así.
Tienes fotos preciosas, gracias por compartirlas!
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